Es momento de un café

ES UN MOMENTO DE UN CAFÉ



Se acercaba la tarde y me dispuse a preparar el café, uno para mí y otro para mi amado. Hice todo mi ritual: primero el agua, luego el café molido que fue medido con precisión, finalmente el fuego. No pasó mucho tiempo antes de que el aroma adictivo del café inundara la habitación, mi piel se erizó y mi mente fantaseó con aquel que me acompañaría en mi momento sagrado.

El café está hecho, miro a mi alrededor y solo faltas tú. Tomo mi taza y voy sorbiendo este elixir con lentitud, mis pezones se erizan y mi mente entra en el plano en el que puedo verte, amado. Puedo sentir tu piel y tu aroma mezclándose con el dulce y amargo olor de café. Vuelvo la mirada y mi piel está al descubierto, erizado y excitado, pidiendo sentir la fantasía que sólo tú puedes sentir.

El café se agota, y regreso del plano. Mi piel deja de gemir, mi vista vuelve y mi amado se aleja entre el aroma del café que también se disipa. Dejo por hoy el plano y vuelvo a la realidad. Será mañana cuando vuelva a mi ritual con el café para sentir lo que mi piel clama, mis ojos buscan y mi ser entero ruega, por ti, mi amado.

POKOTO 

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