RESCATADO FUI
Repudié mi existencia, por mucho tiempo, mi ser se hundía en la tristeza y el temor abrazaba mi cuerpo. Aparenté vivir, ser feliz, ser lleno, era cautivo, era triste. Sonreí a quienes desteté, congenié con quienes me herían, conviví con mis verdugos, fui su entretenimiento, su rico blanco para el escarnio, eso sí, a mis espaldas. Aquel amor del que profesan no fue demostrado en mí, y su dedo me señaló por mucho.
A pesar de todo, levanté mi rostro, sequé mis lágrimas y quité la cuerda que me ataba, y con valentía te renuncié a los predadores
que me hicieron dudar de Él, pero Él, fue quien nunca me
abandonó. Su amor presente en mi angustia impidió mi muerte, me
devolvió la vida y restauró mi estima.
Aunque otros me vean perdido, sé que con Él estoy, aunque aún sienta algún temor sé que con Él disipo toda
niebla. Él ha sido mi rescatador, Él ha sido mi guardador.
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