VIDA
Un
concierto empezó a sonar en aquel mundo de tierra, la orquesta entonces
procedió a emitir las primeras notas de ese concierto, todos al unísono y de
acuerdo a su tesitura iniciaron la pieza, una introducción en tono menor que
provocó que las nubes se oscurecieran y dieran su sonido tronador que
acompañaba armoniosamente a la orquesta.
Entonces,
las primeras gotas de las nubes todas condensadas comenzaron su caída libre
hacia la tierra, una, tres, quince gotas hasta llegar a ser centenas y miles de
ellas convertidas en copiosa lluvia que descendían desde las altas nubes, estas
empaparon todo el suelo, lo nutrieron y la vida así brotó.
A
pasos lentos, elegantes y en concordancia con la orquesta vida se elevaba desde
la oscuridad de la tierra hasta arriba, estaba brotando y en agradecimiento
abrió sus primeras manos y las extendió ubicándolas una hacia la derecha y la
otra hacia la izquierda de su verde cuerpo.
Las
nubes descargaron todas las gotas de agua que poseían y se fueron del sitio
siendo movidas por el viento, disipando la oscuridad y destapando al brillante
sol que momentáneamente se había ausentado.
Vida
recibió luego de la retirada de las nubes el regalo de aquel astro luminoso y
fue allí cuando su propósito comenzó a tomar camino. Y fue así como aquella
tierra desolada ahora esbozaba un tierno verdor de vida.
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