LA DONCELLA Y LA TORRE


LA DONCELLA Y LA TORRE



Érase una vez en una linda región primaveral en lo alto de una torre vivía una hermosa doncella, esta hermosa mujer se encontraba imposibilitada de salir de ahí pues estaba presa, todos los días anhelaba siempre escapar de ahí pero por alguna razón ese deseo un momento desapareció y quiso aceptar el supuesto destino al que había sido puesta.

 

Estando encerrada en aquel lugar, conoció a un noble, tez clara, ojos pardos, su cuerpo cubierto de lunares, así como las constelaciones cubren los cielos en la noche, de labios gruesos y cabellera clara.

Este noble por alguna razón logró entrar a la torre siendo atraído por esta hermosa joven mujer, y ella de igual manera sintió atracción total hacia aquel noble caballero.

 

Fue así como la vida de esta joven chica dentro de su prisión comenzó a vivir una experiencia bonita de amor, al punto de cerrar sus ojos a la realidad y que dichos sentimientos provocaran que su vida girara en torno al joven noble.

 

Entonces, la vida de esta chica giraba en torno a él y poco a poco dejaba de hacer cosas que la hacían ser ella para ir amoldándose a los gustos de su noble y así este no la dejara, el amor pasó entonces a convertirse en una dependencia total, pues ella sentía que sin él su vida no tendría sentido, por lo que día a día centraba sus energías en ser el ideal ser de aquel joven noble.

 

Pasó el tiempo y nada cambiaba en ella, y para añadir a la situación aquel joven, aunque sí estaba atraído a esta joven mujer, no tenía el mismo sentir, amor no había, atracción sí, pasión también, pero compromiso no, algo normal, a penas la conocía si a tiempo nos vamos.

 

Esta situación de apresar la personalidad de ella tocó fondo al punto que ya era difícil reconocerla, pues se había encargado de moldearse a su hombre.

 

La fachada entonces como un espejo que cae y se quiebra rompió el disfraz de vida que ella tenía, y abruptamente la relación se terminó y el volcán de pasión dejó de hacer erupción dejando atrás el fuego y dejando solo el baño de cenizas en la vida de aquella chica.

 

Al ser este hombre el centro de su vida y enfrentarse ahora a la realidad se sumió en una gran depresión y se culpaba del fracaso ocurrido, a veces entonces culpaba a su noble que, aunque ya no estaba con ella aún su mente dependía de él, corrió entonces a su habitación y acercándose a la ventana de esa torre lloró sin cesar por largo tiempo.

 

Pero en un amanecer observó la salida del sol y mirando el campo verde que desde su ventana se observaba, logró avistar a su noble caminando cerca de la torre, su corazón se detuvo por momentos, gritó entonces su nombre y este volteó a mirarla, la saludó y se acercó a la entrada de la torre.

 

La hermosa doncella entonces corrió desde su habitación hacia la entrada de la torre, bajó velozmente las escalinatas y al llegar a la planta baja encontró a su noble abriendo la puerta.

 

Se saludaron con fuerte abrazo, y con emoción hablaron por largo rato, luego de eso, sucedió lo que su mente siempre había querido creer, aquel joven la invitó a vivir con él en su torre y así ella jamás sería una presa de ese lugar donde actualmente se encontraba.

 

Alegremente y llena de emoción le siguió y sin problemas pudo salir del portal, y tomando de la mano de su amor se fue caminando con él por aquel campo.

 

Mientras caminaban la torre que había dejado atrás, le seguía como si el viento la arrastrara, pero como ya ella estaba fuera de esa cárcel no le prestó importancia alguna, solo tenía ojos para su hermoso noble.

 

En el camino, aquel varón le hablaba de lo bonita que era su torre y estando cerca, cuando ya se podía ver en el horizonte aquel noble le daba las instrucciones de cómo debía ser y así siempre lo tendría a él a su lado. En ese momento los ojos de aquella doncella fueron abiertos y recordó lo que había hecho por cambiar su ser y amoldarse a las exigencias de aquel noble, al ver la torre le pareció idéntica a aquella que había dejado pero que la seguía y se dio cuenta que su noble también era un preso.

 

Entonces, soltó la mano del noble y detuvo su camino, aquel chico con extrañez le preguntó qué le sucedía y por qué no continuaba el paso.

Ella le respondió,

porque no salí de una prisión para entrar en otra.

 

Y en ese instante, la torre que la seguía se derrumbó quedando en pedazos.

FIN

POKOTO


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